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En este blog encontrarás inspiración para bodas mediterráneas, noticias relacionadas con los más pequeños y algunas curiosidades. ¡Bienvenido!

De las bodas en blanco y negro al estallido de luz y color

 

 


La austeridad de los enlaces de anteriores generaciones ha ido evolucionando hacia eventos más sofisticados. Los españoles gastan 21.000 euros de media en su propia boda.

Las bodas del siglo XXI poco tienen que ver ya con las celebradas por las generaciones que se dieron el “sí, quiero” solo unas décadas atrás. En El periódico de tu día somos testigos de ello. Los miles de aniversarios de boda que hemos homenajeado en la última década a través de nuestras portadas, revelan un gran cambio generacional. De hecho, según datos recogidos por Bodas.net, España se ha convertido en el segundo país que más gasta en ellas, solo detrás de Estados Unidos. Pero, ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
Pues empezando, incluso, antes de la boda misma: nos referimos a las despedidas de soltera/o. Antes se trataba, esencialmente, de disfrutar una última gran juerga con las amistades en el pueblo. Pero ahora no es suficiente. Muchas localidades españolas se han convertido en destinos frecuentes de grupos de amigos/as que quieren celebrar sus despedidas de una forma más completa: fiestas, spas, disfraces y visitas turísticas.

 

El 56% de las bodas que se celebran en España son civiles

 

Es solo el anticipo del gran evento que, además, ha dejado de ser exclusivamente religioso. En 1985, se aprobó legalmente el matrimonio civil, pero no fue hasta finales del siglo XX cuando este tipo de matrimonios se ha popularizado. Constituyen, ya hoy, más de la mitad de las bodas (56%) que se celebran en España, según datos de “El libro imprescindible de las bodas”, con las conclusiones de más de 25.000 parejas encuestadas. Además, y de forma paradójica, aunque las bodas suponen cada vez un gasto mayor, el número de ha invitados hoy es más reducido. No siempre fue así: de las bodas austeras de la España de posguerra y un poquito más celebradas de los inicios de la Transición, se pasó al boom de las bodas multitudinarias a principios de los 2000. Ahora, los novios prefieren dejar a un lado los llamados “compromisos” (primos lejanos, tías casi desconocidas, vecinos del bloque) y centrarse en sus verdaderos allegados.

 

El oficio del “wedding planer”

 

Un fenómeno curioso nacido al albur de los tiempos es el nacimiento del “wedding planner”, u organizador/a de boda. Ante el deseado despliegue de medios y efectos, muchos han visto un filón en el oficio de liberar a los novios de la pesada carga de estrés que supone un organizar un “bodorrio”. Previo pago de su importe, que suele comenzar a partir de los 1.500 euros, muchas parejas ya no echan mano de hermanas, cuñadas y padres dispuestos a ayudar en la organización de los detalles.
Detalles como los juegos de luces, fotomatones, bandas de música en directo, puestos de golosinas, fuegos artificiales, drones, pancartas voladoras, mariposas o pétalos de colores. Cada década tiene su moda, y las sorpresas para los invitados y el matrimonio son, sin duda, cada vez más sofisticadas. Echando la vista atrás, no encontramos ni rastro de los juegos efectistas en las celebraciones de anteriores generaciones hasta los 2000.

 

Banquetes pantagruélicos vs cocina de autor

 

En paralelo al crecimiento económico del país, los convites comenzaron a ser más generosos. Los bares y restaurantes populares de cada pueblo o ciudad eran, a menudo, los lugares idóneos para comer con los invitados. Hasta que comenzaron a proliferar los grandes salones de eventos con capacidad para acoger a un cada vez mayor número de comensales. Y de ahí, a los cáterin y a unos platos cada vez más sofisticados. Los festines pantagruélicos de hace unos años han perdido peso en favor de la fiebre Michelín.
Y es algo que, sin duda, ha contribuido a que el coste medio por invitado haya alcanzado ya los 229 euros de Navarra, comunidad donde la cifra es mayor. Por contraste, Andalucía es la región donde el coste medio es menor, con los nada despreciables 108 euros por invitado.

 

El gasto medio de una boda se situó el año pasado en 21.000 euros

 

Y, ¿qué hay de los invitados?

 

Pero las bodas en España, donde el gasto medio de los contrayentes es de 21.000 euros, no solo se han encarecido para los contrayentes. Los invitados, a menudo, han de hacer números antes de confirmar su asistencia. Y es que el valor material de los regalos de boda ha aumentado de forma imparable. ¿Dónde quedaron las listas de boda, donde cada invitado podía escoger, en función de su capacidad, de entre los productos seleccionados por la pareja? Apenas queda ya rastro de ellas. Además, comienza a cobrar fuerza la posibilidad de donar un porcentaje del regalo, vía transferencia, a causas benéficas.
Sin embargo, y a pesar de todos estos datos, hay algunas cosas que apenas han cambiado, entre las que destacaremos dos. El blanco, que comenzó a usarse por las novias más pudientes hacia mitad del siglo XX, ha acabado imponiéndose como el color preferido por ellas en cualquier boda celebrada en Occidente. Y un dato curioso, que apunta “El libro imprescindible de las bodas”: 7 de cada 10 parejas se sigue arrodillando para preguntar al amor de su vida, “¿quieres casarte conmigo?”.

 

La respuesta permanece inmutable.

 

Por: El Periódico de Tu Día | Publicado el 26 julio, 2023
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