Boda tradicional japonesa

Aunque cada vez se llevan más las bodas de estilo occidental en Japón, aún perdura la tradicional ceremonia “Shinto” (sintoísta). Aunque sólo unas pocas familias adineradas pueden permitirse este lujo, son una preciosa muestra de la cultura del país del Sol Naciente.  A continuación mostraremos cuáles son los detalles más característicos de esta ceremonia.

Para empezar, la fecha de la celebración suele ser en el mes de noviembre, debido a que para los japoneses el número once es su número de la suerte.

En cuanto a la vestimenta, las mujeres casadas deben llevar kimonos negros y las solteras kimonos de variados colores. El novio puede optar entre dos kimonos, uno gris y uno negro. Y la novia se cambiará tres veces de kimono; el tradicional blanco y con gorro para la ceremonia; uno más occidental para la recepción;  y otro más corto para el viaje de novios.

El lugar de la ceremonia es una capilla o santuario “shinto”, purificado por el sacerdote antes de la entrada de los novios,  al que sólo entran estos  y los familiares más allegados. Suele durar unos veinte minutos, durante los cuales se lee el código de ética “Meiji” y los novios toman sake tres veces.

Al terminar el enlace, salen de la capilla o santuario primero los novios seguidos de los invitados y miembros de la familia en procesión para hacerse las fotos familiares. Es entonces cuando la novia puede quitarse el gorro y mostrar un elaborado peinado realizado para un día tan especial. Un dato curioso, es que los novios no se tocan ni se besan en ningún momento.

Y para terminar, la recepción,  dónde la novia entra de la mano de su madre y sale de la mano de su suegra. El novio, en cambio, entra y sale siempre acompañado de su padre.

Cada cultura posee  sus rituales y tradiciones,  por ello bodas como la sintoísta no deberían caer en el olvido ya que conllevan una historia y un simbolismo detrás muy significativo. Aunque la finalidad común a todas las ceremonias es la unión de dos personas que se aman.