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No sé qué regalar
El otro día me contaba una amiga que se las había visto “negras” para regalar algo diferente a su padre con motivo del cumpleaños. Si es que ya lo tiene todo, ya le regalé decantadores de vino, sacacorchos especiales de vino… en fin, todo lo relacionado con el vino. Naipes. También los naipes dan juego, y nunca mejor dicho. Y las corbatas, cómo no, las corbatas.
Pero, claro, acabado el menaje del vino y de los naipes y también las corbatas y, a no ser que tu padre sea un avezado deportista, la cosa está complicada. Bueno, habrá padres y padres, por supuesto. Pero ¡qué difícil es regalarles algo!
Cuando dices “no sé qué regalar” tienes que acordarte de inmediato de un regalo que llegue dentro, que emocione. De esos que no olvidarán nunca. En mi caso, además de regalar a mis padres El periódico de tu día con motivo de su aniversario –para eso soy el director, jeje-, un año opté por hacerles una película, en plan Steven Spielberg. Y en estos casos es cuando entiendes la compleja industria del cine, ¡salvando las distancias! Entrevisté a setenta personas, entre familiares y amigos (incluso de la infancia), pero lo más complicado fue el montaje, obra de un hermano mío. Total, más de un año y medio entre unas cosas y otras. Pero mereció la pena. Porque los regalos, y eso lo tengo muy claro, que están hechos con cariño son los que perduran para siempre.
Alberto Gutiérrez